Remi:
Fuiste de las primeras alumnas del cole y pasando los años, una de sus mejores maestras.
Decías que la frase que a Santa María Micaela le marcó, también lo hizo contigo. “a ti te quiero en mi obra”.
Así fuiste muy buena maestra, imaginativa con los alumnos, divertida, positiva, protectora y un poco” abuelita” de ellos, siempre dando lo mejor de ti.
Alegre y buena compañera, fue muy fácil trabajar contigo. No olvidaremos tu alegría cada mañana al entrar en la sala de profesores cantando “a los buenos días y olé, a los buenos días” a la vez que lo bailabas…
Tuvimos la gran suerte de conocerte y disfrutar de tu persona, en nuestros mejores momentos de jolgorio y celebraciones entre compañeros.
Cuando buscabas una respuesta, ahí estaba, necesitabas una solución ahí estaba ella, no sabías qué hacer, ahí estaba ella, tenias algún problema, ahí estaba ella. Siempre la mano tendida, siempre una sonrisa.
Has formado partes de nuestras vidas, y en todos los momentos compartidos desde la cercanía y la complicidad.
Querida Remy, aquí sigue estando tu sitio entre nosotros, perteneces a la historia del Colegio Santa Mª Micaela, gracias por tu esfuerzo y entrega, tu lealtad y cariño.
Recordarla a cada momento es fácil,
Esperando a que alguien diga que no se ha ido,
Mentir sería negar cómo marcó nuestras vidas,
Elevaremos hoy mil alabanzas y oraciones en su nombre,
Declarando a gritos la grandeza que tenía,
Imaginaremos que la alegría que contagiaba la llevará allá donde vaya,
Oiremos su risa donde haya felicidad,
Sentirla será nuestro gran placer.
Ya no será lo mismo. Ya no seremos los mismos.
Te queremos.
