El educador cristiano tiene como meta la pedagogía de Jesús, el Maestro, estando entre sus discípulos como el que sirve (Lc. 22,27) y poniendo todas sus energías para lograr el crecimiento del alumno. En esta tarea educativa, el testimonio del educador tiene una influencia trascendental. Son los valores radicales del hombre y los profesionales del educador los que hacen posible la influencia sobre el alumno.
En esa labor, el personal de administración y servicios presta una valiosa colaboración realizando funciones imprescindibles para el buen funcionamiento del Centro y está comprometido en la acción educativa que en él se lleva a cabo.